lunes, 16 de septiembre de 2013

Comenzando de nuevo

No soy buena con los comienzos. Tampoco con los finales y mucho menos con la forma de avanzar hacia ellos. Sin embargo, hay que empezar por alguna parte, pues toda historia tiene un comienzo y este es el inicio de mi viaje. Cinco meses en los que buscaré sacarle todo el meollo a la vida para no descubrir en el momento en que se acaben que no había vivido (cortesía de El club de los Poetas Muertos). 

Sin embargo, los viajes nunca son fáciles y menos este viaje que comprende toda una vida. No es fácil estar comenzando de nuevo cada año. No es fácil cambiar todo una y otra vez, derruir hasta los cimientos para empezar de nuevo con una nueva casa. No es fácil dejar tu ciudad por una 10 veces más grande, ni volver atrás para asentarte de nuevo en una ciudad como la tuya pero a tres países de distancia.

Nuevo país, nueva gente, nuevo pero viejo conocido idioma, nuevas costumbres, nuevas metas, nuevas ideas, nuevos horizontes. Todo cambia cuando piensas en qué esperas sacar de esta nueva experiencia. Tan solo tienes que darle un par de vueltas para darte cuenta de que es imposible que todo salga como habías planeado. Es más, lo más probable es que nada salga como lo habías pensado. Ni en el aeropuerto, ni en la primera noche, ni en la primera mañana, ni en la primera semana, ni en la segunda... Esa es la magia de empezar de nuevo, puedes adaptarte otra vez, mejor o peor, como tú quieras. Tienes la ventaja de que nadie te conoce.

En las más de dos semanas que llevo aquí, todavía me sorprendo de las cosas inesperadas que ocurren. A veces son gratas sorpresas, a veces decepcionantes. A veces es algo tan sencillo como un cambio de planes, otras cosas más duras. A veces es la gente la que te sorprende, también para cualquiera de las vertientes. Está ese cani con su electrónica a tope y sus posters de chicas medio desnudas que resulta ser una de las mejores personas con las que te encuentras, y ese chico tímido, pequeñito, que de pronto descubres que no es el príncipe que parecía. 

Es fácil pensar que con tan poco tiempo, no conoces tanto a esas personas como para decepcionarte por estos motivos. Sin embargo, aquí el tiempo pasa diferente, las cosas no se desarrollan con la misma cronología. No es lo mismo convivir 24 horas al día, siete días a la semana con las mismas personas que solo cruzártelas de fiesta cada finde. El nivel de confianza que desarrollas en poco tiempo es mucho más que la que puede parecer a simple vista. 

Pero eso queda para otro día. Las frustraciones personales no deberían mezclarse con esta primera entrada. Una entrada de principios, de comienzos, de metas y esperanzas. El otro día nos preguntaban por ello en clase y la respuesta se me antojaba más complicada de lo que esperaba. ¿Qué es lo que espero de estos cinco meses en Países Bajos? ¿Experiencias, fiesta, amigos? Por supuesto. No creo que nadie se embarque en un Erasmus pensando que va a pasarse todo el periodo en casa, tumbado en la cama o estudiando únicamente. Pero no es solo eso. No es tan fácil como que espero encontrar fiesta: en Madrid también hay. Y en Galicia. Y en cualquier lado, solo necesitas tener a la gente adecuada y buscarla. 

¿Qué es entonces lo que busco? ¿Crecer como persona? Eso siempre. No imagino el día en que deje de intentar ser mejor, más humana, más sincera, más abierta... Siempre hay cosas que esperas mejorar de ti mismo. Y sin embargo, es algo relacionado con esto lo que más espero conseguir. 

Creo que algo fundamental en la vida de un periodista tiene que ser vivir por sí mismo experiencias como esta, entendiéndolo como algo multicultural, donde conocerás gente de muchas partes del mundo, gente muy diferente a ti, a lo que conoces. Gente con la que puedes abrirte, ser tolerante, entender sus culturas y crecer, no solo como persona, sino como informador. Puedes tratar de olvidar los prejuicios, los miedos, las inseguridades, las barreras comunicativas y simplemente vivir, conocer, aprender. No se puede informar honestamente, honradamente, buscando dar la información lo más certera posible (admitámoslo, la objetividad es imposible, la honestidad es lo que debe primar) cuando tienes ante tus ojos un velo que nubla tu juicio de lo que estás viendo. 

Por es me parece una oportunidad única, no solo para mí como futura comunicadora, sino para todo aquel que de verdad pretenda sacar algo positivo de esto. Somos humanos, podemos aprender, evolucionar, crecer como personas. Podemos mejorar, entendernos, comunicarnos y usar esto para avanzar juntos. Sé que puede sonar idealista, soñador, etc. ¿Qué haría el mundo sin soñadores, sin gente que de verdad creyese que todo es posible ?

Así que esa es mi meta, mi motivación, lo que espero sacar de estos cinco meses que comenzaron ya y que espero que sean una parte fundamental de mi vida, de mi experiencia como persona, de mi futuro y quizás hasta del futuro de, algún día, mis hijos. Pero eso, señores, es otra historia y de nuevo, es parte de otra futura entrada.